Hay veces que algo nos pasa y enseguida y sin control alguno comenzamos a tararear una vieja canción. Es justo en ese momento cuando nos preguntamos por qué recordamos un tema de antaño y no, por ejemplo, alguna canción que escuchamos poco tiempo atrás o más reciente… ¿te ha pasado?
Varios investigadores de la Universidad McGill de Montreal, llevaron un experimento para descubrir cómo actuaba el cerebro con respecto a algo que denominan como efecto “activo y pasivo”.
Reclutaron a veinte pianistas y les pidieron que escucharan y se aprendieran unas melodías sencillas, las cuales escucharían de forma pasiva, es decir, sin hacer algo en específico, mientras que otras melodías tenían que escucharlas y aprenderlas mientras tocaban el piano.
Al final pusieron a los ejecutantes a oír las melodías cambiando algunas notas y tonos, y de esta forma llegaron a la conclusión que se reconocían con más facilidad las melodías que habían interpretado y aprendido mientras tocaban el piano, es decir, cuando estaban activos.
Concluyeron en que la forma de almacenar una canción tiene que ver con el involucramiento del sistema motor del cerebro en el proceso de escuchar cualquier nota o melodía, permitiendo reconocer y decir si algún sonido resulta familiar o no.
Como puedes darte cuenta, es por esta razón que cuando oímos una canción de tiempo atrás, aparte de que nos emocione porque probablemente nos gustaba, recordamos y asociamos buenos o incluso malos momentos de nuestra vida y hasta sentimos que pasamos por ellos de nueva cuenta.
Y tú, ¿qué sonido o melodía recuerdas de tiempo atrás?
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