Los humanos no somos los únicos seres capaces de crear música y enviar y recibir mensajes a través de sonidos. Muchas especies al igual que nosotros responden a estímulos sonoros y, sorprendentemente, también suelen gustarles más unos tipos de música que otros. Es por eso que hablaremos de la Zoomusicología y todo lo que la música puede estimular a un animal.
La Zoomusicología estudia la música de los animales, aquí los humanos somos los únicos excluyentes de su estudio, todo para saber qué efectos les causa la música y como responden ante lo mismo.
Resulta peculiar el tratar de comprender cómo se comunican los seres que habitan bajo del mar, o la expresión de las aves a través de su canto, o por qué las hienas se la pasan riendo todo el tiempo.
Todos los experimentos que ha utilizado la zoomusicología, han demostrado que los animales llegan a tener cambios de ánimo hasta por escuchar el cambio de tono entre su mismo grupo.
Muchos estudios se han preguntado qué tanto llegan a apreciar la música los animales, y con la experiencia obtenida se notó que los orangutanes responden con cierto agrado a distintas piezas de música, y que además son capaces de mover su cuerpo siguiendo el ritmo.
Otros animales como los camellos, sienten agrado y estiran sus cuellos para acercarse a la fuente de sonido, contrario a los caninos quienes con canciones de mucho ritmo se sentían intranquilos y algo asustados, preferentes de música con poco ritmo y más letra musical.
Las aves y las ballenas llegan a emitir sonidos en diferentes ritmos y estructuras musicales que los seres humanos utilizamos al momento de componer música. En este punto nos podemos dar cuenta de lo grandiosa que es la naturaleza en crear sonidos agradables, al grado de que se cuenta que Mozart compuso su concierto para piano en Sol Mayor coincidiendo de tal forma con el canto de su pájaro estornino.
Esto apenas es la punta del iceberg, y falta todavía mucho para entender concretamente lo que la música puede ocasionar, aunque lo que es seguro es que estimula a cualquier ser vivo de forma diferente.
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